martes, 21 de junio de 2011

SE VIENEN LAS ELECCIONES

Serial Writer/Argentino Serial
Capítulo 10 (fragmento)


En el inmenso departamento rojo, el Ministro de Prensa y Medios en gran reunión ampliada, discutía con los creativos publicitarios sobre próximas elecciones, campañas y cortinas humeantes. Para levantar la ya elevada popularidad del Supremo se propusieron distintas ideas, la mayoría de ellas ya habían sido aplicadas con éxito en otros reinos o en este mismo antes. Las que se aprobaron y pasaron a carpeta para ser analizadas posteriormente por las comisiones creadas para tal fin fueron:
1) Inventar una guerra contra algún país remoto y desconocido, real o imaginario (se sugirieron Macondo y la Ínsula Barataria, la Atlántida y Tartesos pero finalmente se optó por un país vecino muy pobre, se llenarían las calles de banderas y se inventaría que esos negros nos vienen a sacar el trabajo, tienen olor a pata, sus mujeres tiran a los recién nacidos desde arriba de los árboles contra una piedra, comen ratas y gatos y perros y no creen en la divinidad del Supremo).
2) Matar a un pariente, o supuesto pariente del Supremo, echarle la culpa a algún intelectual opositor que viva en el extranjero. O inventar un grupo guerrillero y financiarlo. Luego traicionarlo.
3) Repartir pan dulce, alfajores y coca.
4) Obligar a todos a tener relaciones sexuales por lo menos dos veces por semana.
5) Crear más falsas opciones “yo o la inundación”. “Después de mí, se desborda el Salado o se viene el terremoto o chocan los planetas o similar.”
6) Ganar un campeonato de algo.
7) Inventar otro romance del Supremo con alguna súper estrella de Hollywood.
8) Repartir soma o paco.

Cuando notaron que las sugerencias en este plano se agotaban, decidieron abocarse al tratamiento del tema electoral. Se propusieron distintos combos nuevos porque el de la entrega de una zapatilla antes de la elección y la otra después en caso de ganar, ya se había utilizado reiteradas veces y por algún error financiero se habían “olvidado”de entregar la que completaba el par. En torbellino de ideas estaban cuando Jaime, el respetado joven reconocido creativo de las marcas mejor instaladas en el mercado, comenzó a hablar. Todas las miradas se dirigieron a él, quien con un gesto levemente teatral se puso de pie, desgarbado, pulcramente desprolijo, y se dirigió a la pizarra donde comenzó a garabatear algunas ideas mientras las comentaba. Sugirió proponer distintos combos para que la población electora tuviera la sensación de elegir. Y anotó algunos, a los que se sumaron otros y otros más de boca de los restantes jóvenes creativos:

Primer combo preelectoral:
A cambio de un voto, se daría un vale por: tres cuotas de un electrodoméstico (todavía no se había decidido si una plancha o una licuadora), un centímetro plus (sea voto masculino o femenino) y un superpancho con mostaza y mayonesa.
Segundo combo:
Un voto= 2 centímetros plus, una cuota de heladera y una de microondas.
Tercer combo:
Un voto= un caballo, una cuota, medio centímetro.

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